¿Quién me da un masaje? Beneficios y contraindicaciones del Automasaje
¿Me das un masaje? Seguramente hayas recibido esta petición de alguna persona de tu entorno, o bien, hayas sido tu mismo el que la enunció. Sería bueno plantearnos otra pregunta ¿y porque no me doy un masaje? A continuación, mostraremos los beneficios de ser nosotros mismos los que nos lo apliquemos siempre y cuando no suframos ninguna lesión o, en caso de padecerla, hayamos consultado con un Fisioterapeuta o Médico sobre cuáles serán las técnicas adecuadas y cuáles no.
¿Que conseguimos con el automasaje?
Es lógico pensar, que los beneficios del masaje estarán asociados a aspectos como la frecuencia, intensidad o tiempo de duración. No obstante, como efectos generales del masaje podemos decir que mejorará tanto la circulación sanguínea como linfática, mejorará las propiedades del músculo (elasticidad, excitabilidad, tono o dolor muscular) y a nivel nervioso, favorecerá la relajación. Todo en suma, ayudará a que alcancemos un estado óptimo de bienestar.
¿Cuándo no debo usar el automasaje?
Como comentábamos en la introducción, ante cualquier situación de lesión, patología, o simple duda en cuanto al uso del automasaje, es IMPRESCINDIBLE consultar a un profesional experto, Fisioterapeuta o Médico.
Entre las contraindicaciones más destacadas podríamos indicar: Aplicación en zonas ganglionares, traumas óseos (fracturas, luxaciones…), fiebre, uso de ciertos medicamentos, enfermedades de tipo infeccioso, embarazo, patología vascular y cardiaca o lesiones en la piel.
¿Cómo realizar el automasaje?
Con todo lo anterior, en caso de que seamos susceptibles de ser nosotros quiénes nos demos el masaje, habrá que tener en cuenta una serie de aspectos técnicos básicos.
Debemos contar, en primer lugar, con un ambiente y una posición adecuada que favorezca la relajación. En lo que respecta a la técnica, optaremos por un aceite de masaje básico, que aplicaremos en un principio mediante pases suaves por la zona, con dirección indistinta. Tras estos, pasaremos a intensificar gradualmente la técnica, con pases de mayor presión que irán siempre en dirección al corazón y teniendo en cuenta que las maniobras nunca deben producir dolor. Para finalizar, haremos la operación contraria, es decir, reduciremos la intensidad del masaje y la aplicación volverá a ser con dirección indistinta.
En total, el tiempo de masaje rondará los 10 minutos en cada una de las zonas que vayamos a aplicarlo y podrá combinarse con otras técnicas como el estiramiento, pautados también por un profesional experto. Además, no solo es posible utilizar las manos, ya que si sintiéramos molestias en ellas al aplicar la técnica, podríamos servirnos de otros elementos como rodillos o pelotas de goma.
Raúl Luzón Herranz
Fisioterapeuta
Nº Colegiado 831
- 08 / 6 / 2015
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